La chirimoya es rica en vitaminas del grupo B, como B1, B2 y B6, esenciales para la energía muscular, incluyendo el corazón. Es beneficiosa en casos de insuficiencia cardíaca al aportar vigor y energía.
Su pulpa cremosa y antiácida es útil para tratar la gastritis y las úlceras gastroduodenales. Aunque tiene un alto contenido de carbohidratos, ayuda a controlar el peso debido a su efecto saciante, aportando menos de 30 kcal por cada 300 g.
Además, es una excelente fuente de vitamina C, antioxidante que fortalece el sistema inmunológico, ayuda en la formación de colágeno, huesos, dientes, glóbulos rojos y mejora la absorción de hierro, previniendo las infecciones.