La Organización Mundial de la Salud recomendó el consumo diario de cítricos, como la mandarina, ya que estos aportan vitamina C al organismo, lo cual previene resfriados y gripes. Además, la fruta posee propiedades antioxidantes que previenen el envejecimiento de las células.
Una curiosidad de las mandarinas es que poseen unas membranas alargadas de color blanco, las cuales son fuente de fibra y ayudan a mantener en buen funcionamiento el sistema digestivo. Su pulpa tiene grandes cantidades de agua, por lo que es diurética y posee minerales como el calcio, potasio y hierro, que previenen enfermedades como la anemia y problemas en el corazón.
Su consumo a largo plazo contribuye a la reducción de colesterol total (LDL). Si es ingerida en jugo, también brinda nutrientes y minerales como el potasio, el cual reduce la presión arterial.